Roar your terrible roars and gnash your terrible teeth and roll your terrible eyes and show your terrible claws! And please don't go I'll eat you up, I love you so.

20140824

Quizá ya estoy muerto


Limbo. Hace tanto tiempo que las cosas parecen inamovibles. El ruido de la estática se congela incluso. Aquí no hay una sola mutación. Los días pasan rápidos y las noches lentas. El purgatorio de los días sopla su influjo hacia la eternidad y la congela. La salida está petrificada, también los pasos. Las señales eléctricas son interceptadas por la atmósfera de piedra y jamás llegan al sistema nervioso central. No te muevas, ordena el mundo que no gira. Los comandos no son entregados y todo permanece donde es. Uno de estos días todo va a colapsar. Las paredes y los techos caerán sin moverse, acaso porque están ya derrumbados aunque permanezcan en su sitio. Y siento los días amontonarse uno sobre otro como pilas de periódicos viejos sobre una casa de naipes. Limbo.

20140312

Un cuarto de siglo



Hay muchas cosas que me asustan. Me asusta la obsolescencia y el olvido. Me asusta la necesidad y la esclavitud. La muerte de los cercanos que nos duele solo a nosotros y no a quienes se nos van.

El problema de nuestro tiempo es la memoria. Siempre queremos más, más gigas, más teras de espacio almacenable, tomamos fotos y videos y nunca recordamos nada. Un trago que se evapora, alcohol en el aire que se eleva a la atmósfera. Me asusta la vejez y la enfermedad. Me asusta que la noche sea tan larga y que las mañanas sean tan inclementes. Me asusta la guerra, sobre todo cuando es interna y me asusta saberme incapaz de comprender y de empatizar. 

Hace tiempo que dejé de ser un niño. Y no importa qué, me sigo sintiendo tan amenazado por los terrores nocturnos y por los monstruos escondidos detrás de las sombras. Un cuarto de siglo no ha bastado para comprender que todo se escurre. Que todo se nos va de las manos. El tiempo, las personas, los amigos, las cosas, las ideas: la piel muerta que respiramos todos los días. Nuestros pulmones de llenan de nuestro propio cadáver. 

A veces me pregunto en qué terminará todo. Me asusta saberlo. Si pudiera quemar el templo de Artemisa lo haría sin dudar. No soy un hombre que ha nacido para el olvido. No soy un hombre que puede lidiar con el olvido. Eróstrato y las flamas son mi sino. Mi problema es la memoria, no quiero olvidar ni ser olvidado. Las flamas consumen a los que no encuentran una salida.

Pero el tiempo avanza y fluye en su dimensión ajena a los temores nocturnos. La piel se nos va volviendo áspera. No somos los adultos que se supone que debemos ser. Hemos estado tanto tiempo en las esferas uterinas que es imposible salir sin morir de asfixia. Pero grabamos cada momento en formatos de alta definición. Un día reproduciremos todas las cintas en todas las pantallas al unísono y no habrá más que embriaguez. Del tipo de embriaguez que precede la pérdida de la memoria. Cuando amanecer en un sitio desconocido y con la cabeza a punto de estallar es como un nuevo renacer.

La única forma de atravesar el tiempo con el hierro mortal es renacer todos los días. En el ritual de la cabeza punzante y con el desierto en la boca de arena.