Roar your terrible roars and gnash your terrible teeth and roll your terrible eyes and show your terrible claws! And please don't go I'll eat you up, I love you so.

20121212

Posibilidades suicidas


Hay cosas que nunca son. Somos imprevisibles y nos acabamos. Todos los caminos que no tomamos se amontonan detrás de nuestras huellas. Hay tantas posibilidades que se suicidan. Toman una escopeta, montones rohypnol, sogas corredizas, saltan al vacío desde el piso 50. Somos errores que se fatigan y se desgastan. Y caminamos a ciegas un camino que se deforma. En el corredor de las posibilidades las pantallas muestran videos de pasados o presentes o futuros que nunca se realizaron. Amigos muertos, cáscaras vacías. El destrozo de los años. Los hijos que pude tener y nunca tuve claman mi nombre. Las palabras que no dije, sombras que sucumben ante la incertidumbre. Debí haber muerto hace tiempo.  El futuro es oscuro, caminamos con una lámpara que hacía adelante no ilumina más allá de nuestras narices, pero hacia atrás es un resplandor celestial que nos muestra los estragos que dejamos con cada paso. Apocalipsis significa revelación y estamos tan lejos de saber la verdad. ¿Quién va a pagar la cuenta? hay que huir antes de que llegue la factura.

            El desierto es el camino. Las dunas cambian de forma con cada ventisca, se crean y desaparecen en el planetario vertiginoso de lo impermanente. Somos una estatua de arena que se difumina con el viento. Ninguna partícula nos pertenece. Todo está en el pasado. Tan eterno como inamovible. Y todo lo que no fuimos sigue ahí, esperando que en lugar de decir sí hubiéramos dicho tal vez o que en lugar de cualquier sonido, hubiéramos permanecido en silencio. ¿Cuál es el valor de la caducidad? hay que beber whisky con capsulas de tiempo. Una sobredosis o dos antes de pisar las dunas y dejar que el viento nos disperse.