Roar your terrible roars and gnash your terrible teeth and roll your terrible eyes and show your terrible claws! And please don't go I'll eat you up, I love you so.

20120728

23 años.


A mi edad ya no fui Rimbaud...

Despertar una madrugada de julio y mirar hacia atrás. Hace casi un año que el tiempo se detuvo. Me siento tan joven y tan viejo. Hay noches en que la lluvia cae como si no hubiera mañana, como si dios hubiera olvidado el pacto que hizo con Noé. Esas noches abro libros al azar y siento envida. Quiero quemarlos. Tengo 23 años. Hace 4 que perdí la posibilidad de ser Rimbaud. A fin de cuentas a medida que pasa el tiempo uno pierde cosas, se desprende de capas, deja muertos y respira el aire lacado por los años. Pesado, pero vivificante. Y el mundo se queda en suspenso, la lluvia se detiene en el aire, la taza de café que se precipitaba al suelo se paraliza, a medio derramar, con el líquido flotante esperando a manchar la alfombra. Las aves nocturnas se petrifican en el firmamento. Las hojas que se desprendían de los árboles parecen congeladas en una fotografía otoñal, negándose a la gravedad y a su destino. Y mi ropa sigue suspensa, llena de pliegues, dibujando su parábola con el mismo impulso con que me la arranqué. Me gusta la desnudez. Y me gusta salir a caminar mientras todo está inamovible. Hago un acercamiento a las gotas de lluvia, las miro flotar y las rodeo 180°, en ese cliché de cámara cinematográfica.
        El mundo inmóvil me recuerda más que nunca y más que nada el fluir del tiempo. Me pregunto si no estaré yo también en una posición de suspenso a mitad de una palabra o de un gesto. Quizá soy yo la única estatua en un mundo vertiginoso, en el que se suceden los días. Amanecer ocaso, amanecer ocaso, sol lluvia otoño invierno. Una y otra vez. Y una madrugada de julio o de cualquier mes despiertas y te das cuenta de que ya no tienes la edad suficiente para ser Kurt Cobain, o Jesucristo, y que no pudiste superar los logros de tu padre. No quisiera no poder ser Jesucristo.

    Difficult not to feel a little bit disappointed


    El aire es más pesado, pero más vivificante.


    A fin de cuentas lo único que importa es hacer el amor bajo la lluvia. Sin importar... que se haga sin amor.

20120708

Cuéntame un cuento


Me gustan las historias donde el héroe es el primero en caer. Las historias donde los niños pierden a sus madres. Historias de ermitaños que vagan durante décadas en busca de alguien, a quien nunca encuentran. Me gustan los cuentos de princesas y de reyes, de pueblos y de guerreros que luchan por tierras que sus dioses no les dejarán conservar. Me gustan las narraciones de brujas y de fantasmas, las historias del espacio y de la creación. Me gustan los mitos del hombre, los que cuentan la formación del mundo. Me gustan las historias donde soy el personaje principal y hago cosas increíbles. Me gustan las historias de jabalís que escapan de la cacería y ven al cazador morir de hambre. Me gustan los cuentos donde aparecen objetos mágicos, animales que hablan, elefantes que vuelan, monstruos debajo de la cama o camuflados en las sombras. Me gustan las historias donde la tierra se mueve, y se traga al mar, también donde ocurre al revés y los hombres viven en el océano montados en delfines. Me gustan los relatos en que llueve mucho y el arcoíris nunca sale y hay que crear uno nuevo, que ennegrece. Me gustan las historias que se alargan, que no tienen lógica con tramas que cambian a cada segundo. Me gustan los cuentos improvisados, cuya intensidad obedece al tamaño de la apertura y al brillo de mis ojos. Me gustan los cuentos que no terminan y que duran hasta la somnolencia. Los cuentos que se dicen mientras estoy recostado en un par de muslos cálidos, enfundados en seda o desnudos. Me gustan las historias que me hacen olvidar que afuera hay cosas que me disgustan, mientras una mano delicada de uñas largas y rojas revuelve el cabello de mi sien, hasta que me quedo, despacio, y sin darme cuenta, profundamente dormido.