Roar your terrible roars and gnash your terrible teeth and roll your terrible eyes and show your terrible claws! And please don't go I'll eat you up, I love you so.

20121105

Día del muerto



El día de muertos se ha convertido en mi celebración mexicana favorita. Me gusta que la gente se disfrace. Los niños calabaza, los vampiros, los diablitos, los pequeños hombres lobo. Me gusta caminar por Madero. Nayeli se asusta con los payasos, hay uno con una máscara de Eso. Me gusta toda esa monstruosidad. Ese día en que tu friki interno puede salir sin que nadie te mire raro. Ya no somos nosotros. Todos somos monstruos. A nadie le importa. No pienso en la muerte pero sé que todo se muere. Nayeli me señala un bebé vestido de momia, lo miro y sonrío, luego ella se acerca para besarme, por un momento su cabeza es sólo la calavera. El beso de la muerte. Pienso en que ella morirá un día. Me estremezco. La luna brilla con la intensidad suficiente para que mi transformación comience. Te Estocolmo, faláfel; le digo en nuestro código secreto. Mi corazón se convierte en un pan que aúlla. Quiero que ella lo devore. Yo te quiero, me dice con esa manía de usar el pronombre en lugar de decir sólo te quiero. Hay tanta gente que no podemos caminar. Somos cursis. Me habría gustado disfrazarme del gato Chesire con esa sonrisa gigantesca y socarrona. La luna brilla. Los muertos caminan entre nosotros. Somos muertos ya. Caminamos abrazados, delgados como esqueletos. Nuestras costillas chocan, encajan a la perfección. Debimos disfrazarnos de Tetris. Esta noche sus besos saben a flores de cempasúchil. Reímos sin darnos cuenta de que nuestras risas son cráneos con convulsiones. Caminamos y no tenemos carne en los huesos. Nos besamos sin notar que nuestras osamentas yacen en la misma tumba. Nos abrazamos y nos damos cuenta de que el calor que compartimos hace que todo lo demás se pierda en el más allá. La noche sopla esa brisa gélida, pero con ella a mi lado no la siento. El frío de la muerte no nos toca, pero blande su guadaña sobre nuestras cabezas.

    Ya no somos nosotros. Vivimos como esqueletos. Todos los demás son monstruos. Pero no nos importa.