O cuando cuando bebimos los océanos que contenía la botella con esa furia de olas y rocas que golpeaban el equilibro y dejábamos caer nuestros cuerpos sobre la arena blanca que refulgía con destellos de rayos broncos en la playa de esos días y despertamos arrastrados por el oleaje a un desierto inclemente que sofocaba la garganta y nos rompía la cabeza en pedacitos que no se colapsaban y estábamos ahí dejando caer las cabezas sobre nuestros pechos turnándonos a ratos y oliendo la sal de nuestro sudor que no apagaba la sed y decías que no te acordabas de las olas porque te hipnotizaban y te mareabas y no sabíamos por qué teníamos esas manchas violáceas salpicando nuestros cueros y esas marcas de semicírculos que embonaban con la huella de nuestras dentaduras ni por qué la arena era roja y era de tela y nos envolvía a medias y dijiste entonces que estabas feliz aunque nos dolieran las piernas y las espaldas aunque tuvieras pellejos de mi lomo dentro de las uñas y yo sonreí con la boca agrietada de escamas áridas que se resquebrajaban más y me hacían sangrar. Y tú sonreíste también. Y sonreímos los dos bebiéndonos con los ojos el alma desnuda para apagar el infierno de la sed.
Roar your terrible roars and gnash your terrible teeth and roll your terrible eyes and show your terrible claws! And please don't go I'll eat you up, I love you so.
20130910
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