Hace unos días, en un completamente cotidiano proceso de desplazamiento rizomático sobre nodos de información, mejor conocido por los profanos como salto de link en link, me encontré con una banda de lo más peculiar. Y no es por las etiquetas que le han colgado algunos blogs underground que andan por ahí, con tags como newbreed, zombi rave o new electronic experimental polish, demás de toda una estética muy en sintonía con ese género que comienza a popularizarse cada vez más rápido, el witch house (una cruz en el nombre, la imagen de una bruja en la portada, ambientes misteriosos pero suavizados y repetitivos, etc.), sino por una particularidad que va más allá de todo lo imaginable para una banda de esta calaña.
La primera canción que escuché fue I hate fashion y a diferencia de las bandas de éste género lo primero que me llamó la atención y me gustó fue la ausencia de los característicos alaridos tipo aquelarre de voces femenínas, líquidas y cristalinas con sobredosis de delay; y la presencia, en su lugar, de una voz lenta, pesada, de sílabas arrastradas, como de un vinilo de 45 rpm en un aparato de 33. La voz del vocalista suena igual a la de un zombi romántico perdido en algún lugar entre Leonard Cohen y un extraño 2pac muy ralentizado.
Después hice click sobre Desert rain, a estas alturas ya estaba algo fascinado y buscaba información sobre la banda y algún portal para descargarme el disco a la más pura manera neocorsaria. En la búsqueda descubrí dos cosas, la primera que nada se sabe acerca de la banda, absolutamente nada además de que es de Varsovia, no tienen página web, ni presencia en red social alguna, tan sólo un par de perfiles en Bandcampie y en Soundcloud donde puede descargarse su EP de manera gratuita.
La segunda me reveló que la estructura era demasiado pegajosa, me percaté inmediatamente de la famosa fórmula verso-coro-verso. Y en efecto, había algo extraño ahí, una apropiación muy poco convencional, una letra melosa, pero muy pegadiza. Electrónica moderna con mucha mermelada. Como estudiante de letras era mi deber analizar las particularidades literarias de los versos, pues me parecieron muy extraños y subconscientemente familiares. Así que, con la esperanza de encontrar el texto completo en algún portal especializado en estas necesidades básicas de la vida, teclee las primeras dos líneas en google: can you feel me? when i think about you. Y sí, como lo esperaba no encontré referencia alguna de la banda, que de por sí es demasiado reciente y no ha filtrado información sobre sus integrantes ni sobre nada. Pero algo estaba demasiado raro, un nombre que se repetía en casi todas las entradas: Selena Gomez. Y al poner un poco más de atención noté algo escabroso, que el título de la canción de esa tal Selena era un verso de esa otra canción que ya había escuchado tres veces seguidas. Entonces caí en cuenta. ¡Era un cover! Un cover de una canción pop rosa sabor cereza. Comparé las dos versiones, y absolutamente concluí que la de DEERDUS† era la versión infectada por un virus tipo resident evil de la original. Procedí a buscar otras relaciones similares en las demás canciones del EP y encontré que Hooker es la versión zombi de Government Hooker de Lady Gaga, que Thank You hace lo propio con Thank U de Alanis Morissette, Horse and I con la homóloga de Bat for lashes. Y así, con todas.
La segunda me reveló que la estructura era demasiado pegajosa, me percaté inmediatamente de la famosa fórmula verso-coro-verso. Y en efecto, había algo extraño ahí, una apropiación muy poco convencional, una letra melosa, pero muy pegadiza. Electrónica moderna con mucha mermelada. Como estudiante de letras era mi deber analizar las particularidades literarias de los versos, pues me parecieron muy extraños y subconscientemente familiares. Así que, con la esperanza de encontrar el texto completo en algún portal especializado en estas necesidades básicas de la vida, teclee las primeras dos líneas en google: can you feel me? when i think about you. Y sí, como lo esperaba no encontré referencia alguna de la banda, que de por sí es demasiado reciente y no ha filtrado información sobre sus integrantes ni sobre nada. Pero algo estaba demasiado raro, un nombre que se repetía en casi todas las entradas: Selena Gomez. Y al poner un poco más de atención noté algo escabroso, que el título de la canción de esa tal Selena era un verso de esa otra canción que ya había escuchado tres veces seguidas. Entonces caí en cuenta. ¡Era un cover! Un cover de una canción pop rosa sabor cereza. Comparé las dos versiones, y absolutamente concluí que la de DEERDUS† era la versión infectada por un virus tipo resident evil de la original. Procedí a buscar otras relaciones similares en las demás canciones del EP y encontré que Hooker es la versión zombi de Government Hooker de Lady Gaga, que Thank You hace lo propio con Thank U de Alanis Morissette, Horse and I con la homóloga de Bat for lashes. Y así, con todas.
Compara las dos versiones: DEERDUS†/Selena Gómez
El descubrimiento me maravilló. En realidad se trata de una infección total. Sacar de su espacio un discurso que tiene un propósito específico y llevarlo a un terreno que por definición tendría que serle hostil, y lo corrompe, lo hace pudrirse hasta hacerlo irreconocible. Y se adueña de eso que un receptor ideal de ese tipo de música habría creído en su poder.
Pero el proceso es engañoso para los dos tipos de público. En el único sitio donde encontré referencias a la banda, -además de los blogs que posteaban el material, pero sin reseña alguna- una web polaca (bendito seas google translator), hablan sobre las particularidades musicales de la banda y sobre sus reservas de información, pero parecen no saber que las canciones son covers, se refieren a ellas como si fueran obras originales. Es también una situación que tiene su eco en esta tendencia que ha estado afianzándose en los últimos años y que yo llamo neoimitatio. En la literatura se da con la reescritura de textos paradigmáticos, en la pintura con apropiaciones visuales o una especie de actualización o glosa de imágines que a veces rayan en lo paródico. Por su parte DEERDUS† hace más que coverear canciones pop, hace un apropiamiento y una reelaboración de los textos sonoros y los convierte en otra cosa. No se trata de tributos, ni de experimentos aislados sino de tomar obras encumbradas por la cultura popular y jalarlas al inframundo de lo underground donde la obra, al estar expuesta a un público diferente, adquiere otro significado.
“El significado es el uso” es una de las máximas del arte contemporáneo, sin cuya veracidad no serían posibles las manifestaciones conceptuales del arte, o la experimentación bastarda e híbrida. DEERDUS† va más allá de la mera adhesión a un género de evidente auge dentro de su área, se coloca en la cumbre de una experimentación apocalíptica que mucha falta le hace a la cultura popular, como autocrítica y como agente demoledor de clichés y de las visones rígidas, que imperan a veces, incluso en esos ámbitos no institucionales de las manifestaciones afectivas.
“El significado es el uso” es una de las máximas del arte contemporáneo, sin cuya veracidad no serían posibles las manifestaciones conceptuales del arte, o la experimentación bastarda e híbrida. DEERDUS† va más allá de la mera adhesión a un género de evidente auge dentro de su área, se coloca en la cumbre de una experimentación apocalíptica que mucha falta le hace a la cultura popular, como autocrítica y como agente demoledor de clichés y de las visones rígidas, que imperan a veces, incluso en esos ámbitos no institucionales de las manifestaciones afectivas.